martes, 29 de enero de 2008

Recuerdos de infancia.

Se casaron y el niño de la misma localidad iba a ver a sus padres de vez en cuando. La pareja no lo hacía nunca.
Sentía su corazón henchirse de gozo, de cariño, porque iba a ver a su padre; la primera vez que los visitó le pareció ridícula y pequeña su antigua casa.
Si hubiera sondeado entonces en el fondo de aquella madrastra, en su corazón hubiera apartado el terror de ver el vacío.
- Papá, ¿quién es esta señora?
- Es tu tía y la tienes que respetar. Llámala tía, es muy buena, ya verás.
El niño se acercó a besarla, su cara rosa se enrojeció cuando sintió las cerdas de la barbilla de aquella señora. Pero, al menos, lo acogían por esa tarde con cariño, y le harían olvidar la vida del colegio.
No. La loba sin entrañas, "la Pantera" como más tarde la apodara el niño, le decía a veces a su marido casi sin percatarse de la presencia de éste:
- ya está aquí, ya no podemos ir a ningún sitio. Toda la tarde en casa por el mocoso ese. ¡Qué se quede con las monjas!.
El niño, que no era tonto, y sin entender en toda su extensión la animadversión que "la Pantera" sentía por él, se percataba de que él era un intruso, y decidió no volver más a esa casa.
El niño fue creciendo, se hacía mayorcito, 17 años ya, sin oficio, sin carrera, no quisieron pagarle el Magisterio, porque eran demasiados gastos.
Sin cariño de nadie, se procuró el suyo propio, se buscó un cariño, un amor: una niña, huérfana como él. Se comprendieron y su amor fue, aún a esa edad tan peligrosa, un oasis de dulzura, un templo de desahogo. Tenían soliloquios íntimos, gozaban de aquel amor con una dicha inefable. Sentían deseos indefinidos cuando sus cuerpos se rozaban. Se iban a rezar a la Iglesia (cuando la huérfana podía escapar de las Hermanas).
Pero después de sus oraciones, se subían a la torre y en cualquier rellano se entregaban al amor inocente y juvenil impetuoso. No hubo ideas inmorales ni pensamientos pecaminosos que mancharan aquella parte de la Iglesia. Es difícil de creer, pero es que aquellos corazones se abrieron vírgenes a las auras del amor puro, desinteresado y noble. Más que amor era necesidad de alianzas. Ambos se contaban sus penas, sus desamparos, sus desafectos, sus faltas de comprensión.
Hablaban de sus familias y de cómo sus vidas paralelas se habían cruzado con ellos dos. Y los actos en esos momentos, eran consecuencia activa de las hormonas adolescentes. Algo tan natural, no podía ser pecado.

No era extraño que los ojos se convirtieran en torrentes de lágrimas, pero ¡qué dulces eran aquellas lágrimas!. El corazón con ellas quedaba esponjado. Era como librarse de una gran losa que aprisionara sus pechos. Se libraban de un mundo cruel que atenazaba sus gargantas. Y se unían en cariños acariciados entre manos, labios y cuerpos.

miércoles, 23 de enero de 2008

Miradas

¿Qué miro tras los cristales?
Nada responde a mi mirada.
Tan sólo el negro asfalto,
tan sólo duro cemento.
Máquinas veloces,
personas sin sentido.

Muy vaga es la mirada,
el miedo no deja ver,
pero alguna mirada amiga
me observa.

Me pierdo en trozos de hielo,
en estos días tan tristes,
en estos días tan fríos.

Con una mano amiga,
mis lloros serán apagados.
Extiendo mi mano temblorosa;
quizá se sienta asida
por otra mano amorosa.


Aguanto otra mirada,
para que no se pierda
en un triste infinito.

Mis labios crispados por el miedo
serán sonrisa distendida
cuando choquen con los otros
que esperan anhelantes.

Picaduras

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Insectos noctivagos
revolotean en la noche canicular
ofuscados por la luz del neón
pican la dermis del artista,
con saña, con rabia,
inconscientes del furor:
música en consonancia,
con la batalla televisiva,
rasga el silencio estival.
Por el camino local,
sin periodicidad,
con el ruido estridente de motores
coches, motos y camiones
se ahoga esa música pensada.

lunes, 21 de enero de 2008

BESO

Toco el borde de tu boca
con la yema de los dedos
y se abre en amplia sonrisa,
diciendo sólo un deseo.

Tu boca apenas sonríe,
tus ojos son como un cielo:
miran cada vez más cerca.
Nos miramos un momento.
Nuestros ojos se hacen grandes.
Respiramos nuestro anhelo.
Nuestras bocas entrechocan
luchando en un feliz duelo.
Nuestras lenguas en los dientes
juegan en grave silencio,
y los suspiros se escapan
en nuestro cálido aliento.

Entonces mi mano ansiosa
acaricia tu cabello.
Nuestras bocas están llenas
de rápidos movimientos
y el dolor es agridulce
con sabor a frutos tiernos
y contra mí, tu temblor,
como un aleteo siento.

"Toco un punto de tu piel
con la calidez de mi aliento
y con ese sueño alimento
mi realidad que es pura hiel.
Mi temblor es la antesala
de una dulce rendición
a la que me entrego sin condición
porque el sueño tomó alas."

domingo, 20 de enero de 2008

El viaje

Para mi, basta el recuerdo;
para tu libertad, bastaba tu muerte.
Desde mi boca llega hasta el cielo
lo que estaba dormido en tu pecho.

Está en ti, el recuerdo cada día;
llegas como el rocío a las corolas,
socavas el horizonte con tu ausencia,
eternamente en fuga como la ola.

Cantas en el viento, como los pinos.
Como ellos, serás alto y taciturno
y entristece tu partida,
como un viaje esperado,
doloroso y eterno.
Evocador como un regio sendero,
te poblarán ecos y voces nostálgicas.

Yo desperté, y a veces, emigran y huyen
pájaros que dormían en tu alma.

sábado, 19 de enero de 2008

Descanso

Y en la soledad de tu ausencia nos quedamos
Muerte tan ansiada y tan temida.
Tardaste demasiado en llegar.
A veces te adelantas, otras…
Te haces de rogar.
Entre lágrimas y recuerdos
pasaremos estos tiempos de ausencia.
Sé que te vas con el corazón limpio.
Sabes que siempre te idolatré.
Sabemos tantas cosas, y tan pocas…
que las palabras se diluyen en mi mente,
ante el torbellino de sentimientos que experimento.
Descanso, Ausencia. Tranquilidad. Añoranza.
Aún está tu cuerpo en la tierra.
Enseguida te quedarás sólo.
Descansa mi amor, que aunque la vida te lo puso duro,
Algunas cosas hiciste: me creaste a mi, entre otras.
Y conforme crecía te sentía parte de mi ser.
Te recitaba poesias inventadas,
y tu baba caía por los lados.
Y sentía que me acompañabas,
me apoyabas, me querías. Te quiero.
Muchos te llevamos para siempre hasta que nos marchemos también.

Duplicados


Ratitos intensos


Ahora acabo de encender un cigarrillo, al tiempo que enciendo mi imaginación. Al mismo tiempo que me enfrento a la vida. Se entremezclan entre los deseos y las realidades. Se diluyen en mi retina la boca desdentada que me mira, y esos ojos que me besan. Una lágrima muere en mis labios. Salada. Dura. Dulce.

Hoy se coló un pajarillo por la ventana de la cocina. Revoloteaba pegado al cristal intentando salir. Sus alas no volaban. Sus patitas no le ayudaban. Una mano amiga le ha abierto la ventana.

Ojalá se pudiera dejar volar así de fácil a todos los pajarillos atrapados en esta vida.

No hay nada en este mundo como encender la imaginación después de un cigarrillo y pasar a un punto y aparte.



Antonio.

Aguantas encogidito aferrándote a la vida.
con llagas que duelen mirarlas
y gritando tu vida ya incoherente.

Te ha vuelto la mirada inocente
del que tiene todo por descubrir.
Ya no me duele que no me reconozcas
(te oigo llamarme cuando duermes).
Quizás ahí vuelvas a ser tú.

Te abrazo y revivo.
Te miro y sufro.
Nos queda poco tiempo.
Aprovechémoslo.
Siguen las miradas cómplices
en esos ojos que ya no ven,
(los tuyos enfermos y los mios llorosos.)

No quiero que te vayas, pero deberías descansar.

Déjame que vuelva a acariciar ese pelo canoso.
Déjame que corte tus uñas que te arañan.
Déjame alimentarte con batidos y sacie esa sed que no tienes.
Déjame que hidrate el papel de fumar que envuelven tus huesos.
Déjame quedarme un ratito contigo.
Y luego te vas....




Afrontando realidades. (17-01-2007)

Por fin la nube se deshizo. Pasaste dejando huella. Una huella muy profunda.
Llegaste al corazón de muchas personas. Hoy un ex-alumno tuyo escuchó por casualidad tu nombre en un bar, y se acercó a preguntar, dijo que eras un ser entrañable. Cuando escuchó que te habías muerto, se deshizo en lágrimas. Hacía 14 años que no te veía.
Te fuiste por fin encogidito, y ya descansas tranquilo.
Ahora nos queda el duelo. Nunca se está preparado para esto.
Demasiados años de sufrimiento sin necesidad, demasiados esfuerzos para mantener el cuerpo vivo, total, para morir con los ojos abiertos.
Al menos te tuvimos un tiempo, te dejaste hacer.
Me hiciste caso y te fuiste a descansar. El pajarillo por fin salió por la ventana.
Con las rodillas encogidas, diste tu último suspiro y te quedaste quietecito. Dice tu mujer que ya no puedes cerrar la boca. He sido incapaz de verte. No quiero recordarte así.Siempre te tendré con aquella sonrisilla que me dedicabas a mí, o con la cara de complicidad cuando las cosas se torcían.
Gracias por irte.
Gracias por haberte conocido.
Gracias por ser quien eras.
Gracias Papá, porque algo me dijo ayer que me volviera casa.
Llegué a las ocho. Te esperaste a que aparcara.
Gracias por haber existido y haber podido disfrutar de ti.
No volverán tus comentarios, no escucharé más tus lecturas, ni tu las mías, pero hace tanto que no sé si escuchabas, que las tuyas, las tengo grabadas dentro de mí.
Me dejas llorando, y me dejas tranquila. Perdóname por desear tu marcha, pero te merecías descansar.
Mi padre, mi poeta, mi admirado, mi cómplice, mi entendedor, mi apoyo, mi vida…
Siempre estuviste en mi corazón, hoy lo ocupas todo, y seguirás viviendo en un rinconcito.
No desaparecerás, porque en mi memoria seguirás vivo por siempre.

Te quiero. Te dejo entre tus rosas preferidas.

viernes, 11 de enero de 2008

Locuras sensatas

Locuras, sensateces, sentimientos revueltos en estos días.
Poco que decir y mucho que soñar y que sentir...

Estuvimos todo el día
presos del mismo deseo:
estar juntos en el río
por calmar nuestros anhelos.
Las riberas del caudal
fueron el lecho nocturno;
las estrellas, desde el cielo,
nos miraban con destellos.

El murmullo de las aguas
recogía nuestros ruegos
y, confundido con ellos
eran las misma canción.
Nuestros cuerpos se ofrecían
creados del mutuo deseo
y eran como dos imanes
atrayendo al duro acero.

De las aguas, el espejo
se rompió en mil aristas
y apagaba nuestro fuego,
y nuestros cuerpos desnudos
refulgían desde el cielo.
Terminamos nuestros juegos
y las promesas de amor
eran el rumor de un rezo
y tu voz era un misterio
y tus ojos reflejaban
totalmente el firmamento.

Nuestras promesas de amor
llegaban a los luceros
y las sellamos los dos
con nuestro mutuo silencio,
y surgieron las palabras
más elocuentes de amor:
el murmullo de los besos.

Para amar sobran las voces.
Los besos son la expresión
más dulce del sentimiento
cuando llegan
de cuatro labios compartidos.

jueves, 10 de enero de 2008

Rastros

Siguiendo rastros...
¿dónde vas por las mismas aceras?
¿los dos estamos equivocados?
Siempre las mismas aceras
de las mismas calles,
de distintas ciudades.
Quizá no estemos equivocados.
Acaso no avances por las aceras.
Quizás camines por campos yertos
que busques el agua cristalina
que sacie tu inmensa sed.
Son muchos días.
Son muchas noches.
Como un autómata
has ido de un sitio a otro
y no has encontrado nunca
el arroyo de aguas cristalinas.
Tan sólo tú recuerdas
que no han florecido tus anhelos
en tu inmenso desierto.
Tan sólo tú recuerdas
que siempre tienes frío,
que tu pecho ha estado oscuro
y duermes en las sombras,
y te despiertas acompañado
y miras en tu alma,
pero no te contesta nadie.

viernes, 4 de enero de 2008

Noches




"Deja que de todo lo que te gusta,
la imaginación te lo acerque.
Jamás la palabra "amor" tuvo el significado que hoy le doy.
Me acostumbraste a tu mirada,
después al tacto de tu piel
y a la unión de dos voluntades. "
Andamos algo perdidos,
pero en algún punto nos encontraremos.
Tienes algo especial que me empuja a ti
y que no puedo, ni quiero evitar.
Sigo desnudándome ante ti, y contigo.
Y sigues sacando cosas insospechadas desde mi interior.
La noche es tu aliada, amante y amiga.
Y lo hacemos con nocturnidad y alevosía.
Son horas hermosas para vivirlas.
Me gusta todo de ti,
cómo dices sin decir,
cómo te dejas querer,
cómo vives los silencios,
y cómo los compartimos.
Me gusta tener noticias tuyas,
me gusta tu ciudad,
tu nombre.
Me gusta como haces el café.
Cojo lo que me gusta de ti, con tu permiso,
y lo hago mio, porque ya formas parte de mi.
Me embeleso leyéndote, me cautivas con tus letras.

La ilusión de la inocencia vuelve a mi ser.
Me desdoblo continuamente, son sólo fantasías.
Leo tus pensamientos.
Y los hago míos.
Me imagino que soy yo tu musa y vuelvo a renacer.
Mientras tanto, seguiremos fantaseando,
montando castillos en el aire,
dónde nos miramos,
dejándonos hacer.

jueves, 3 de enero de 2008

Palabras

¿Qué esperas estos días?
Tal vez, palabras vivas
unas líneas volantes,
papeles dispersos.

En tu noche profunda
despierta el sentimiento.
¿momentos de delicia?
¿de arrebatado éxtasis?
Está despierta el alma,
y aprehendes en el aire
vibración en las palabras
que aletean en tu cuerpo.

Sonidos que tú escuchas
dócil en tu virtud intacta.
Palabras que en el aire cala
y obedientes se posan en tu alma.

No las dejes que vaguen
sin orden ni concierto,
ponlas, cual si fueran jazmin,
en tu cuerpo despierto.
Así, quietecito, soñarás.
Y si escuchas atento,
te dirán lo que quieras oir:
llamaradas de amor.
Sueños de amor inaccesible.

miércoles, 2 de enero de 2008

Infinito universo

Has repetido tus besos
y han nacido mis deseos.
Embriagan como el vino
tus más fervientes anhelos.
Me arrastran a tu presencia
mis ocultos deseos.
Para que vaya a tu encuentro,
dime donde vives,
quiero saber cuánto tiempo
he de quedar en silencio.
Quiero saber el momento
en que me diga tu voz
cuan fuerte es este sentimiento.
Eres para mi el sustento
como el pan de cada día,
mi espíritu está sediento
de tus besos, de tu verbo.

Eres para mí el aroma
del más silvestre romero;
el más trillado sendero
que conduce hasta
tus cristalinas aguas.
A tu sombra, amado mío,
busca reposo el deseo.
Me prometes el festín
de placeres encubiertos.
Anímame con tus besos,
que desfallezco de amor.

Seré para ti consuelo
en nuestro nuevo mundo.
El infinito universo,
al instante y en silencio,
nuestras palabras de amor,
nuestros felices momentos
y nuestros pechos abiertos,
escuchará muy atento.