Para mi, basta el recuerdo;
para tu libertad, bastaba tu muerte.
Desde mi boca llega hasta el cielo
lo que estaba dormido en tu pecho.
Está en ti, el recuerdo cada día;
llegas como el rocío a las corolas,
socavas el horizonte con tu ausencia,
eternamente en fuga como la ola.
Cantas en el viento, como los pinos.
Como ellos, serás alto y taciturno
y entristece tu partida,
como un viaje esperado,
doloroso y eterno.
Evocador como un regio sendero,
te poblarán ecos y voces nostálgicas.
Yo desperté, y a veces, emigran y huyen
pájaros que dormían en tu alma.
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