domingo, 2 de noviembre de 2008

maestro

Y pensaba que no,
que no lo iba a hacer,
pero caigo una vez más
en tradiciones ancestrales.
Ni la borrachera del viernes me hizo dejar de pensar,
ni un sólo día pasa sin recordarte.
Se desvanecen los demás,
y mi corazón se estremece.
Mi mente se acelera.
Los sentimientos se revuelven una y otra vez.
Jamás pensé que te iba a echar tanto de menos.
Tanto de más. No te he visto. No te veré.

Pero sé que te grabaron "maestro".

"Pude anegarme en el fuego
de tus inmensas miradas.
Pude contemplar tu recuerpo
cumpliendo así mis deseos.
Fueron minutos intensos...
Mi corazón se agitó.
Pertinaz aguacero
era el símbolo del duelo,
en que dejaba tu adios,
a mi pobre corazón..."

6 comentarios:

Soy ficción dijo...

Las tradiciones ancestrales van impregnadas en nuestro ADN, no son tan fáciles de esquivar.

Anónimo dijo...

Íntimo y bello. Debiéramos ir siempre borrachos, y no despertar nunca.

David

J.Himilce dijo...

Besos Chus...

Divagando dijo...

No son fáciles, no, Nausicaa.. bueno, pero todo pasa... un beso.

Divagando dijo...

uf David.. no sé yo si fuera todo el día puesta.. ibas a flipar!!! Por cierto.. es viernes siguiente.. ains.. jajaja. Na.. ralladas que dan, ya lo dice el nick.. divagando... besitos.

Divagando dijo...

Muacks J. Himilce... me hiciste pensar con los indios... más abrazos y besos.