Decisiones...

Decidí hacer factible aquello de la imaginación al poder, sin juzgar el bien o el mal, sin decisiones que tomar. Aunque mi imaginación a veces me desborda, la dejo desparramarse por dónde quiera que vaya. Y de todo lo que me gusta... la imaginación me lo acerca. No daña. ("sólo al que imagina", me dijeron una vez)

No sé si es daño, si es vida, o si estamos locos. Mi cuerpo responde como nunca lo había hecho. Mi mente vuela en un caos celeste.

Una inquietud me invade detrás de cada palabra, de cada silencio.

De cada beso a escondidas, de cada abrazo público, de cada lágrima derramada, de cada sonrisa que surje, se van pasando los días esperando lo inesperado.

Y sigo hacia adelante, dejando que las cosas fluyan, sin demasiados tapujos. Dejando que la vida me acaricie y sentirla en todo lo que pueda imaginar. Descubriendo pasiones ocultas. Excitándome tan sólo con pensar. Deseando lo prohibido y convenciéndome del contexto impuesto, porque la imaginación, a veces, también se pone sus propios límites para no dañar a la razón.